13 ene 2013

El libro.



El libro, uno más entre los soportes de la escritura.

¿Qué es un libro? Algo tan cotidiano y que sin embargo ha atravesado procesos de cambios, relaciones íntimas con la propia escritura, batallas de supervivencia en el tiempo, demandas sociales, censuras, enfermedades, creatividad artística a través de sus ilustraciones…

El hombre ha recurrido a los materiales que a través de su entorno tenía, y el libro ha sido uno de los mayores protagonistas de su tiempo. Una necesidad de contener información relativa al mismo entorno que gobierna al propio hombre (ya sea laico o secular) y en ocasiones más allá de esos límites, explorando la imaginación de cada uno, a veces, por derroteros castigados de experiencias, y a veces, por la inventiva exploradora.

Sin embargo, no es el único material que se ha usado para contener información escrita. Es sabido que la mayor parte de la historia de la civilización escrita del hombre recae en innumerables siglos en los que la escritura ha sido un obsequio relativamente joven en comparación con las representaciones que el hombre hacía en épocas tabernarias y que resultan –estas últimas-  ser tanto o más abrumadoras que la propia escritura.

Pero fijar los pensamientos ha sido una constante del hombre, que ha recurrido a materiales como la piedra, la arcilla, el papiro, el papel… materiales que la propia ciencia cataloga como materiales escriptóreos.

Y su forma, también sujeta al cambio temporal y a la subjetividad que el hombre empeñe en ellos. Sin duda, es la parte más modificada, pero no la única. No sólo ha cambiado la tipología de la letra en la escritura, sino también la forma de presentación de dicha escritura en los soportes disponibles y las demandas sociales, que sin duda, juegan también un papel importante en toda la Historia del Libro.

Pero aún yendo más allá, arrastra consigo dos aspectos importantes, dos técnicas asociadas al libro: la ilustración y la encuadernación. Éstas, le dotan de un espacio y un tiempo determinado, ya que sin lugar a dudas, el libro no sólo es un objeto, sino también un contenido cambiante como reflejo de la sociedad a la que pertenece, evolucionando con las circunstancias históricas, las intencionalidades que represente, las utilidades que se hagan de él y su función en la vida del hombre, ya sea a nivel individual o ya sea a nivel social.

En cualquier caso, la aparición de la escritura sobre soportes escriptóreos supone la eliminación de una barrera lingüística: la oral. Y al mismo tiempo lleva implícito la necesidad de que perdure en el tiempo, al igual que la necesidad de poder ser transportada. Ya hablé al principio de la relación íntima que hay entre la escritura y el libro, una asociación tan fuerte que hace al hombre, como ser racional, intermediario único y exclusivo de esa relación.

Y a modo de curiosidad, he de decir que el libro también enferma, algo que parece paradójico. Recuerdo la primera vez que oí decir que un ordenador podía tener un virus y la verdad, ya me imaginaba con el paquete de clines en mano frente a la pantalla de mi PC y buscándole una abertura para meterle el termómetro. Pero afortunadamente, de eso hace muchísimos años ya. En este caso, el del libro, enferma por el material que se ha usado, expuesto a ataques de microorganismos, incluso de insectos y su enfermedad se propaga por contagio hasta que llega el restaurador, especialista liberador de su plaga, que los somete a desinfección, algunas veces, quirúrgicamente, y otras, a través de tecnologías más avanzadas como el láser.

MUCHAS GRACIAS!!

MUCHAS GRACIAS!!
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